Estevez Griego



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"YOGA Y PROFESIÓN"
Prof. Daniel Guillermo

Entrevista realizada por "Revista Yoga Integral" en el año 1991.

El profesor Daniel Guillermo es ex-presidente de la Asociación Internacional de Profesores e Instructores Profesionales de Yoga

Es un entusiasta defensor de la profesión del Yoga A través de la siguiente entrevista deja ubicado sin ambiguedades, de forma llana y directa, lo concerniente a este polémico tema. 

Yoga Integral: Profesor, a su entender ¿el Yoga necesita ser una actividad profesional y remunerada?

Daniel Guillermo: Aclaremos algo desde el comienzo. El Yoga en sí no necesita nada más que de sí mismo como ciencia psico-físico-emocional. Por que, antes que nada, es para la práctica introspectiva del individuo. Así que para su aplicación no se precisa más que una sola persona.Entendiendo esto, surge la pregunta ¿por qué un practicante, un seguidor de esta disciplina que ni siquiera es maestro, quiere dedicarse a conducir a otros (no habiéndose realizado él), marcando en su vida una especialización al respecto? Y yo contesto, sin lugar a dudas que esta actitud está encuadrada más en el aspecto típico occidental de la vocación pedagógica que en el sendero del yogui. Más en la vocación de ayudar al prójimo, que en la trascendencia o que en la búsqueda de la última realidad. En nuestra escuela de Yoga Integral, no me canso de repetirlo, no formamos yoguis porque, insisto, eso es una tarea unipersonal. Formamos profesionales en las técnicas y métodos de la ciencia del yoga. Y por esto visto así, su fin no es más  que la profesión. Volviendo a su pregunta le diré que, sin duda, muchas profesiones de hoy, otrora no lo fueron. Esto, de por sí, ya es significativo frente a su duda. ¿No le parece? Nos pone frente a uno de los principios de la psicología del yoga, en el cual nos muestra la existencia como cíclica, psíquica y repetitiva, es decir: otra profesión en franca gestación, otra vez el parto con sus incógnitas y deseos. Y va a nacer, -no le quepa la menor duda- y sus padres son, por un lado, los profesionales y por el otro, el que demanda, el que practica encontrando no solamente un equilibrio emocional o espiritual sino lo más palpable: una armonía y un bienestar físicos. Yendo de plano a su pregunta le contesto que sí. No sólo en este sentido lo necesita, sino que es y será su natural ámbito. Que el individuo que imparte esta ciencia sea un todo responsable de lo que hace: ya por sus conocimientos y estudios realizados, aplicando una forma de yoga según los casos, buscando, como decíamos, el bienestar y colaborando en la salud psico-física del practicante y pudiendo  tener y comprender un léxico común con las ciencias médicas. Ya teniendo un lugar físico apropiado, por ejemplo un instituto, con las características de esta de esta disciplina y un asiento logístico que le permita llevar un control detallado de sus asistidos, por lo menos de las características más destacables, etcétera. A todo esto, debo agregar que detrás del practicante están los médicos, profesionales, los psicólogos (profesionales), los deportólogos, los obstetras traumatólogos, etcétera, que recomiendan la práctica abierta del yoga y, por lo que es más, les recuerdo que también está la ley (profesionales) para ajustar cuentas a aquellos que toman la iniciativa autodidacta muy a la ligera, de conducir en el yoga, creándole a los practicantes problemas traumáticos (a veces irreparables) al no saber qué postura pueden practicar o no... ¿Es posible realizar todo esto sin profesionalismo y sin obtener una remuneración que permita la dedicación por entero y no esporádica a esta maravillosa experiencia?

Y.I.: Pero entonces, ¿cómo se resolvía la práctica del yoga antes de nuestro tiempo? Porque tengo entendido que aún hoy existen instituciones que no cobran, o por lo menos, que no es esto lo medular.

D.G.: Bien. Dividamos y unamos, como también lo propone el Yoga. Mi estimado periodista, cuando nos referimos al yoga como profesión estamos dejando de lado "otras compensaciones", tales como los principios divinos o teístas, que determinados grupos han sustentado, por su orientación misma, a través de los tiempos, adosando a estos principios la práctica del yoga como vehículo de realización. Pero, que es justo decir, tenían también su diezmo como soporte económico. Esto como división clara entre esa forma y ésta que debe sostenerse necesariamente por el único principio del aquí y ahora, sin misticismos, en esta existencia tridimensional, física, psíquica y emocional. Pero, por otro lado, como le dije al principio, también es necesario que unamos. No. Por el contrario, poseen mecanismos de sustento que a la postre, nos vienen a pasar a los profesionales más allá en las conquistas materiales, consiguiendo tener, en algunos casos, edificios de su propiedad e imprenta propia para sus publicaciones. ¡Y esto está bien! Porque, es natural es la forma viable de sostenerse en la sociedad humana donde sea que se esté. Además, Papá Noel pasa sólo en la Navidad ¿y el resto del año?...Debemos enfrentarlo todos y cada uno por sí mismo. En este aspecto nos parecemos, místicos y profesionales.

Y.I. Bien, pero lo de profesionales no deja de ser una autodenominación puesto que el yoga no está reconocido oficial y laboralmente hablando en ningún país ¿no?

D.G.: Claro. Tampoco lo están otras profesiones que, al igual que el yoga, se destacan por su notable utilidad pública. Para existir como profesión hay que existir gremialmente y le cuento que, desde  ese punto de vista, entre el Uruguay y la Argentina solamente, hay no menos de dos mil profesores diplomados por la escuela de Yoga Integral ­supongo  que esta cifra de debe triplicar sumando los autodidactas- y unos 200.000 practicantes en general. En potencia, el 70% de las personas reconocen, aunque no lo hayan practicado, que el yoga es conveniente para la sociedad por lo menos desde el punto de vista de la salud... ¿Y usted me dice que nos autodenominamos?

(Actualmente en el año 2006 la Escuela Internacional de Yoga Integral® fundada por Swami Asuri Kapila y continuada por Yogacharay dr. Estevez Griego (sw Maitreyananda) y Swamini Dayananda en Uruguay, Argentina, Brasil y Chile ha formado 12.000 docentes)

Y en cuanto a la oficialización laboral, es cierto, el hombre público no ha visto, por desconocimiento, el contingente enorme que abarca esta ciencia milenaria. Más aún no está al tanto de que es una ciencia, y es tarea nuestra y de todos la de informarlos y demostrar además nuestro entusiasmo en profesarla. Pero también es cierto que cada vez más aumenta la sensibilidad de las autoridades públicas con esta disciplina y nos dan sus auspicios y respaldos para nuestros eventos y actividades. Por ejemplo, en el Uruguay, la relación con el Ministerio de Educación y Cultura y el yoga se lleva a cabo a través de la Comisión Nacional de Educación Física, de la cual, desde el año 1986 la Asociación Uruguaya de Yoga (Actualmente presidida por la fundadora de Yoga Integral® en Uruguay Swamini Dayananda-Yogacharini Paia Irigoyen) es miembro estable y hace que la actividad del yoga tenga rasgos oficiales, como disciplina física. En la Argentina pasa otro tanto, con la variante de cada país. Mismo, en Brasil, no sólo con el Estado es de muy buen nivel, sino con entidades privadas muy importantes. Este año lo vamos a dedicar a afianzar nuestro reconocimiento oficial a nivel continental. Sólo pedimos a los legisladores, tanto del Uruguay, como de la Argentina, Chile, Brasil, Paraguay, etcétera...  que se reconozca esta ya desarrollada profesión del yoga desde el punto de vista laboral, con una simple pero capital frase: "Reconócese en el Territorio Nacional la profesión del yoga, quedando sujeta laboralmente a los derechos y obligaciones que le correspondan dentro de las profesiones psico-físicas".

Y.I.: Se ha visto en los últimos tiempos una proliferación de asociaciones y uniones con personería jurídica alrededor del yoga, principalmente en América del Sur, ¿tienen que ver con la profesión en esta materia?

D.G.: Su observación es como su pregunta, muy concreta. Exigiría, aparentemente, una respuesta idem, pero me voy a permitir extenderme por un instante. Cualquier asociación que se haga es, por sobre todas las cosas, la reunión de un grupo de voluntados tras un objetivo común: resguardar y proyectar en el tiempo la especialidad que abarcan. Los caminos para cumplir estos principios son infinitos pero en el yoga vemos que casi todas las asociaciones creadas tienden a desarrollar, salvaguardar y propugnar la profesión del yoga. Porque es obvio que si fuera otra la razón no crearía títulos como Asociación de Profesores...  y en cambio si otros instrumentos jurídicos (como existen): "Amigos de la Cultura del Yoga", "Círculo del Yoga", "Asociación de Hatha Yoga", etcétera, o cualquier organización que contenga el pronombre de alguna deidad de la antigua tradición hinduista. Las autoridades públicas, cuando aprueban estatutos tienen muy claro a donde apuntan las asociaciones de profesores  (profesión del yoga) y las otras que no invocan para nada este aspecto, por ejemplo, la Unión Nacional de Yoga del Uruguay. No así la Asociación Argentina de Profesores de Yoga, pues allí está clara la misión profesional. Y quiero dejar bien claro esto: si una asociación de profesores no se ocupa de la profesión y de sus profesionales, en su cometido es totalmente estéril. Lo mismo, otra organización que no tenga él término profesores, profesionales, etcétera y no se ocupan  de la difusión, de aglutinar el aspecto social y cultural del yoga y en cambio van a lo profesional, es igualmente estéril. Sacaremos, en breve la revista de la Asociación Internacional de Profesores e Instructores Profesionales de Yoga, en la cual se darán pautas muy claras en lo referente a la profesión del yoga y las instituciones que la representan.

Yoga Integral Año 3 Nº 10 - 1991 Buenos  Aires / Argentina

Daniel Guillermo estudio Yoga Integral con el fundador del Yoga Integral de Uruguay, su maestro Yogacharya Dr. Estevez Griego (Sw. Maitreyananda) quien en 1987 junto a Swamini Dayananda (Yogacharini Paia Irigoyen) inaguraron la Escuela de Yoga Integral y la Revista Yoga Integral. Daniel Guillermo realizó el curso de instructor, profesor, formador y maestro de yoga integral. Siendo miembro de la Asociación Uruguaya de Yoga fundó en honor a su maestro el Centro Dharma Maitreya y luego siguió difundiendo en le interior de su país el Yoga Integral y Purna Yoga Integral de la Escuela Internacional de Yoga Integral® desde Yogadhara Shala

 


 





Fundada en 1987
La Revista Yoga Integral se comenzó a editar en Argentina en 1989. Transformandose en la revista de yoga más leida en habla hispana-
La revista esta en los Kioskos.